1. Salí de la universidad, traposa y despellejada, escapando del poco rumbo que aparento tener, de la poca cordura que se ata cuando anudo mis cordones. Es asquerosa la vida universitaria. Es asquerosa y no sé cómo a todos les gusta. Detesto que hablen sobre la época del cole atribuyéndole grandes acontecimientos, muchas risas y amores frustrados que a todos divierten en alguna frívola merienda. Es lo mismo con la universidad y la infancia, 'todo tiempo pasado fue mejor' me da ganas de vomitar.
2. Llego al parque que se encuentra a unas cuantas cuadras, escucho suavemente the cranberries, y voy acariciando las paredes de junto, vocalizando sin certificado de inglés, hoy puede ser una buena tarde ¿No? La tarde, las clases, la calle, la luz y todo. Me encuentro con un amigo en la esquina del parque, tiene algo para que esté feliz y cansada, para que me sienta exhausta.
3. Absorbo, respiro, inhalo el humo asqueroso y en unos segundos ya no es asqueroso, en unos segundos tengo la boca abierta y tengo sed, quiero agua, quiero algo que atraviese mi lengua a la velocidad de la luz, quiero sentir algo lindo; fumar hierba es lindo, pero quiero un poco de vértigo, me pongo caprichosa y no va conmigo, me pongo tonta, eso va con todos.
4. Me despido de las personas a mi alrededor, tomo mi camino la avenida la marina, tambaleando y censurando a los chicos prudentes. Cruzando siempre en rojo, el rojo de un atardecer que se oculta tras nubes grises, nubes bellísimas -¿Están aquí por mí? ¿Por mi cielo negro, cielo azul, cielo lila, cielo mío, cielo de nadie?- El sol parece luna, hoy nadie quiere ser quien es, hoy todo es bellísimo, como para empezar a llorar junto algún borracho en la esquina del skate park alguno que sea capaz de invitarme un trago y no seducirme, alguno que sea capaz de sentir asco y repugnancia, no hay nada más mierda que yo a las tantas horas de la tarde con todo lo bello; olvidándolo e ignorándolo, pasándolo por alto. Con todo esto no hay nada más mierda que yo.
5. Quedándome en la esquina por unos minutos -¡Cierra la boca Cristal!- que una porquería podría entrar, podría adueñarse de tu cuerpo y seducirte, podría erizar tus vellos sin motivo y retirarse inmediatamente, podrías tener pulsaciones en el camino a casa. ¡Cierra la boca! Aunque esté nublado no lloverá, sabes que no, no te lo mereces, no mereces mucho. La naturaleza usa este tipo de panoramas nunca para ti, la naturaleza es para ella, es pura y devastadora, es suculenta en un maldito eclipse, y también lo es en una menospreciada erupción.
Necesito de mi mano para contener mis labios juntos, labios secos y un poco agrietados. Debo seguir, el frío comienza a inundar mis pezones y los pezones fríos sin esperanza cierta de ser calentados pronto se sienten inconformes consigo, mis pezones se sentirán tristes y enfermizos, dejaré de ser poco femenina para ser muy poco femenina. Correr es lo mejor, pezones se agitan y se sienten felices, alegres al menos. (Les debo aquello).
6. Personas, las personas encuentran muy raras varias actitudes, puedo verlo en sus rostros, puedo ver en sus rostros sed, una sed como la mía, pueden verme junto a la pared, con ojitos chinitos, acariciando la textura de los muros, haciéndoles el amor. Las personas tienen sed porque le hago el amor a un pedazo de cemento y pintura gastada, porque hay gris en el cielo y las personas son muy rosadas para ver la belleza del gris. Tengo sed, pero ya casi llego a casa, ya casi llego a la cumbre de cuatro pisos para esconderme bajo una colcha pura y saciar mi sed. Ya no observaré nada; cerraré los ojos y dejaré que colores vagos nacidos en mi hipotálamo me asusten; digo... Me den sed.

¡Cierra la boca Cristal!
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La taza azul, es poesía relatos, cartas, historias, y cositas que no me atrevo a decir fuera de la ducha o la almohada.
Cristal Alarcon Filinich

