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Conociendo el país en el que vivo, donde millones de personas celebran los crímenes de Fujimori y lo proclaman como el mejor presidente del Perú, donde las personas justifican la dictadura y el genocidio diciendo que era la única forma de acabar con el terrorismo; no sé por qué me sorprende que una campaña como “Chapa tu choro y déjalo paralítico” haya tenido tanto éxito.

 

Me entero hoy sobre un muchacho que, hace unos días, fue quemado por un grupo de gente que lo acusaba de ladrón, también de otro que mientras lo linchaban pedía que por favor alguien lo lleve con la policía. El titular de ambas notas afirmaba que las turbas de delincuentes que le prendieron fuego a este chico y que casi matan a golpes al segundo, fueron motivadas por la campaña “Chapa tu choro”.

 

Parece que el intento de homicidio, el abuso y las lesiones graves son delitos “leves” y moralmente mucho más aceptables que el robo. Pero, claro, lo que pasa es que cuando estas en mancha todo es más chévere, ¿no? Así cualquiera es valiente.

 

Debo admitir que al inicio no le preste demasiada atención a todo este asunto. De alguna forma la campaña me recordó a The Purge, a Mad Max incluso a la misma Fuenteovejuna de Lope de Vega y  la sola idea de civiles organizándose y saliendo a las calles para masacrar a delincuentes me pareció tan absurda que la descarte de inmediato. Pensé que de Facebook no saldría la cosa, que luego de unas semanas todos olvidarían esta campaña absurda para preocuparse por el próximo tema de moda.

 

Lamentablemente no fue así y llegado a este punto (cuando los post se han convertido en acciones concretas) es imposible no alarmarse, no sentir terror por vivir en el país en el que vivimos.

 

Empecemos dejando las cosas en claro. Esta campaña es estúpida, es terriblemente estúpida. No importa si la culpa es del gobierno -o de los anteriores gobiernos-  si la policía es corrupta o si la gente desesperada, intentar solucionar el problema de la delincuencia comportándonos como delincuentes es estúpido,  es una sinrazón y no tienen ninguna clase de lógica, ni sentido.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Viendo las cosas en perspectiva pienso que Urresti, con su pose del bacancito del barrio, con sus gestos de matón, con su grotesca e infinita patanería, fue un primer síntoma de lo que hoy estamos viviendo.

 

El que un hombre con su discurso, con sus modales y sus formas fuera tan popular, el hecho de que los peruanos le confiáramos, extasiados, nuestra seguridad a un hombre tan notablemente incompetente como ese fue una señal clara de que algo peor estaba por venir; una señal que nadie supo interpretar en su momento.

 

Y ahora ya es muy tarde, la violencia se ha normalizado al punto de convertirse en una virtud. Hemos llegado al extremo en donde la agresión al otro se está transformando en algo socialmente aceptable. Más que eso, peor que eso: La sociedad está empezando a ver la rabia y la violencia como la única salida plausible a sus problemas.

 

Estamos viendo como el país se desmorona lentamente, como se desbarranca hacia la barbarie y muy orgullosos lo compartimos en Facebook, hacemos campaña y pedimos likes para que las cosas siguán así, para que se pongan peor creyendo  que hacemos lo correcto.

 

No nos damos cuenta que esto es solo el inicio, que nos estamos convirtiendo, lentamente y entre aplausos, en una tribu de salvajes, de delincuentes organizados, en una sociedad de fratricidas.

 

Los valores que nos identifican  como seres humanos, poco a poco van desapareciendo para dar lugar a un escenario atroz y barbárico. Esta aceptación de la violencia, esta normalización del crimen, esta especie de sálvese quien que nos está llevando por un camino mucho más peligroso del que la mayoría quieren o pueden aceptar.

 

Estamos a un paso del abismo y no quiero imaginar lo que suceda cuando terminemos de desbarrancarnos. Pronto será imposible saber quién de nosotros es el que está realmente más loco.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Foto: Peru21
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 Ex-ministro Daniel Urresti

 Foto referencial

Renato Amat y León S.

Periodista, escritor, fracasado...  ¿Qué más puedo decir?  No se si estoy despierto o tengo los ojos abiertos...

 

Chapa tu choro y camina hacia el abismo

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Volviéndonos locos

 Imagen de:

Álvaro Portales

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