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Hombre peruano, macro-machista arequipeño. Molesta a tu esposa, a tu hermana, a tu madre y a tu hija... si es que el sexo surge en una conversación: Si empresarias logran algo, si hay presidentas, si una mujer hizo más que lavarte los calzones.

 

¡Pero no! Al momento de encamar, olvidas tus retrógradas ideas, olvidas la censura y haz de querer que sean aquellas con las que fantaseas, que ellas sean las de tu Play Boy del mes, ellas… de tangas abre nalgas, sin pudor sin vello.

 

Habló el cholo pecho pelado, habló el Inca dominante y el criollo conquistador. Ponte de rodillas que vendrá lo esperado.

Porque macho frente sudada es lo que hace. Porqué sí. Porqué así ha sido y así será.

 

Porque el pequeño Juanito debe ver a su padre como algo grande y respetable; debe aprender. Y también, si, ¡Oh sí! Un maldito canalla, un impostor. Claramente padre chelero, goleador. Político bebedor, un semental; por cada sábado que va a la zona rosa, a la av. Jesús, a San camilo, y gasta. Pierde el dinero para los cuadernos de su hijo y el pan de su mesa; en cada gota de alcohol, en cada beso usurpado y asqueado.

 

Semi saceado regresa, ebrio, con los fluidos por fuera. Casi hecho mierda, casi. Se deja caer sobre la madrugada de su almohada; su coya aguarda entristecida, pensando: ¡No! ¡No de nuevo! San Martincitito, hazme el milagro... que el imbécil este se duerma, y si no... que Juanito no oiga, que no se despierte. En segundos ella le rezó a todos sus santos, y no funcionó.

 

El Inca orgulloso llega y la jala, la toma por sorpresa (eso cree). Ella se hace la dormida, él quiere terminar de saciar su sed. La esencia de otras tipejas aúlla en su pantalón, en el calzoncillo amarillo de año nuevo que lavó justo ayer. Coya asqueada resiste y llora. Ya casi acaba, el maldito es un impotente.

 

Esa noche no, ¿Qué habrá hecho el alcohol? ¿Qué habrá bebido?

 

Desgarró en instantes cada fétido olor del recuerdo enamorado que tenía del Inca. Dejó moretones en lugares que perdían besos. La mujer que había puesto junto al trono... La dejó de lado, la abandono.

Costumbre

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La taza azul, es poesía relatos, cartas, historias, y cositas que no me atrevo a decir fuera de la ducha o la almohada.

Cristal Alarcon Filinich

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Para la república popular bananera.
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