
Y llegó el día que estuviste esperando los últimos tres años, lo sé porque el día que te pregunte sobre el matrimonio, dijiste que sí querías casarte, pero que primero terminarías de estudiar medicina.
Hoy es el gran día, mientras te pones el vestido blanco que escogiste con la ayuda de tu mamá, tu tía, tu hermana y tu mejor amiga, ese vestido que resalta tu hermosa anatomía y que imagino que ha de tener un escote de los que me gustan, yo me pongo mi traje, pesando si es el mejor para una ocasión tan especial como esta, mi madre me mira seguramente pensado que no debería hacerlo.
Nunca pensé que te vería entrar de blanco, acompañada de tu papá, pero no debo negar que cuando tenía 17 y estaba locamente enamorado de ti y tú decías estar igual de loca por mí, la idea de que terminaríamos juntos rondaba por mi cabeza.
Pero ahí estas, caminando nerviosa, todos se ponen de pie mientras suena la clásica tonada del ingreso de la novia, yo también estoy nervioso, nuestro compañero del colegio me dice en son broma “tranquilo gato”, yo respondo con una sonrisa.
Recuerdo la última noche antes de tu viaje a Italia, tu tan tranquila y yo sintiendo que perdía lo más preciado que tenía, ambos echados en tu cama sin malicia de por medio, solo amor sincero, tú partías en unas horas a Italia y yo en unos días a Arequipa.
Tú intentabas ser seria y decías que debía portarme bien, que tenías amigas que estudiaban en mi universidad a las cuales les encargaste que me cuidarán y que te avisarán si me veían con otra mujer, yo reí y prometí ser te fiel.
Sin embargo, minutos después me di cuenta de que ser fiel no era una promesa fácil de cumplir y te dije que lo mejor sería terminar la relación antes que partieras porque ser enamorados a distancia no funcionaría más aún sabiendo que estarías fuera del Perú 6 o 7 años.
- ¿César acaso no me quieres?, yo no quiero terminar contigo ni hoy, ni nunca, yo te amo mucho bebé, yo sé que vamos a estar bien - Esa fue tu respuesta, te sentí tan segura, que acepte y nunca te fui infiel.
Ahora tenemos 27 y hace dos meses me llamaste:
-¿Alo?
-Sí, buenos días
-Hola, Césitar, soy…
-¿Qué tal? – pregunté - ¿Cómo has estado?
-Bien, te llamo para invitarte a mi boda, me caso en dos meses, el parte lo puedes recoger en la casa de mi tía, ¿iras verdad?
-¿Es en serio?
-Sí
-Ok, recojo el parte y te aviso…
Fueron dos meses de dudas intensas, creo que nadie va al matrimonio de su ex, más aún si tienes que viajar a otro continente, además que es peligroso.
Podrías gritar me opongo solo por joder, cuándo el sacerdote pregunta si alguien se opone, podrías ir demasiado guapo y causar dudas en la novia, podrías derramar algún liquido en el novio por venganza o ponerle una zancadilla, podrías beber demasiado y armar una pelea o contarle al novio que fuiste el primer amor de su esposa, podrías subirte a una silla totalmente ebrio y gritar que fueron enamorados que se querían, pero que hoy duele ver como se casa alguien con quién juraste amor eterno.
Podrían pasar tantas cosas, que quizá es mejor que salga de la iglesia y tome el primer vuelo que me saque de Italia. Podría ir a Paris, la ciudad del amor, y conocer alguien con quien tener sexo hoy. Eso ayudaría un poco, eso mejoraría las cosas… Al final de cuentas, tú también tendrás sexo esta noche.
La Boda
Tambie te podria interesar:
Periodista, padre y clown, este es mi lugar para decir las cosas sin peros, ni pelos en la lengua. De todo un poco, desde cosas personalmente banales hasta temas coyunturalmente controversiales.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------