El fin de semana quería relajarme mientras holgazaneaba en el sofá de la sala, así que después de hacer zapping en el mar de opciones que tiene Netflix, elegí ver el documental de Amy Winehouse.

 

En este punto debo precisar que pensar en Amy era pensar en un vaso de alcohol en la mano y jazz.

 

El documental nos muestra una Amy no muy diferente a cualquier adolescente; alegre, divertida y bromista; con la particularidad de que poseía una gran voz que fue nutriendo gracias a que tomó como referencia a grandes cantantes de Jazz.

 

Si hay algo que creo yo, marcó la vida de Amy fue el abandono del hogar por parte de su padre. Sin embargo sería incorrecto decir que por esa razón Amy se volvió dependiente a las drogas, pero creo que fue un hecho importante en su vida, pues desde la adolescencia ya fumada marihuana.

 

Lo siguiente es muy atrevido pero debo decirlo, a mi parecer, ella hacía todo lo necesario para llamar la atención de su padre, creo que nunca lo consiguió, es más, me atrevería a decir que el señor fue un oportunista y se acercó a su hija sólo al ver que generaba mucho dinero, una pena.

 

Ello sumado a las malas decisiones que hizo al elegir a sus parejas, sobretodo Blake; al ver el documental te das cuenta de lo íntimo que son las letras de sus canciones. (Si lo ven entenderán a que me refiero.)

 

Desde que empezó a consumir drogas no pudo dejarlo de hacer, hubo una oportunidad en la que estuvo dispuesta a ir a rehabilitación pero lamentablemente dejó  la decisión  a su padre, quién decidió que era mejor que su hija siga haciendo dinero, los hechos hablan por sí solos, pero bueno, mas allá de echar la culpa al padre también está claro que ella no tuvo el coraje de dejar las drogas y el alcohol, y no se puede obligar a nadie a rehabilitarse y sobretodo a quererse asimismo.

 

Si Amy hubiese ido a rehabilitación quizás, nunca habríamos escuchado “They tried to make me go to rehab but I said, 'No, no, no.'”, ni otras canciones que hemos disfrutado; no creo que el dolor sea necesario ni que exista el destino, lo que sí creo es que algunas personas han logrado plasmar sus sentimientos creando hermosas obras de arte, canciones, libros, etc, que no hubieran sido posible sin ese mal momento en sus vidas.